22 de ABRIL - JORNADA DE LAS VOCACIONES NATIVAS
El lema es una frase cotidiana en nuestras vidas que se
convierte en toque de atención para salir del encierro en nosotros mismos.
Necesitamos cortar con un modo de vivir “ruidoso” que nos impone la sociedad y
que nos impide percibir la voz de Dios, su llamada personal para cada uno. Esta
llamada crucial espera nuestra respuesta para, como dice el Papa, “convertirnos
en protagonistas de la historia única y original que Dios quiere escribir con
nosotros”.
Desde esta conciencia de que todas las vocaciones del mundo son “cosa nuestra”, en 1889, una laica francesa, Juana Bigard, y su madre, Estefanía, pusieron en marcha la Obra Pontificia de San Pedro Apóstol, una iniciativa de la Iglesia universal que no cesa de ayudar a los seminaristas, novicios y novicias de los territorios de misión. El 22 de abril, IV Domingo de Pascua, podemos ayudar de un modo especial a esta causa, enmarcando nuestra ayuda económica —dirigida a estas vocaciones nativas, más necesitadas materialmente— en el contexto de la oración que la Iglesia eleva en el mundo entero por todas las vocaciones, las de aquí y las de allí, las de cerca y las de lejos.
Es, por eso, muy significativo que la Conferencia Episcopal Española, la Conferencia Española de Religiosos (CONFER) y Obras Misionales Pontificias, a través de dicha Obra de San Pedro Apóstol, hayan hecho causa común para celebrar conjuntamente la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y la Jornada de Vocaciones Nativas. El lema unitario elegido para este día, “Tienes una llamada”, es una frase sencilla y mil veces oída en nuestro discurrir cotidiano, pero que aquí responde a esa situación vital única que es identificar y acoger la vocación con que el Señor llama a cada uno —en algunos casos, para seguirle a través de una vida de especial consagración— y darle una respuesta. Una llamada para la que no existen fronteras y con la que Dios alcanza también el corazón de numerosísimos jóvenes de las Iglesias que aún necesitan consolidarse.
Merece la pena que esta convocatoria —iluminada por el Mensaje del papa Francisco titulado Escuchar, discernir, vivir la llamada del Señor— sea vivida con ese sentido de comunión eclesial y en clima de oración. Ojalá todos, con los jóvenes a la cabeza y con la ayuda indispensable que nos ofrece la comunidad, nos determinemos a cortar con el ruido ambiental y el aislamiento en nuestro pequeño mundo, para poner toda nuestra atención en Dios, protagonista y origen de la llamada y de la correspondiente misión.
Rafael Santos
Director de Illuminare
Director de Illuminare
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